
Despojare de entre las cenisas los placeres que he perdido.
Desencarnare los pensamientos y los hare volar hasta la inmensidad del olvido.
Sostendre entre pasajes y el aliento las notas que siempre he cantado.
Derochare ira, que al final de los tiempos las angustias no funcionan para condicionar la intimidad del ser a sostenerse de pie, solo, y platicar cavisbajo a la demencia...
Estar moribundo, desprevenido y andante entre el mausoleo y la intimidad de la presencia de tu propia sombra...
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